El presidente Maduro, el 14.10.2016, presentó el proyecto de Ley de Presupuesto Nacional (LPN) de 2017 ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), obviando al Parlamento, en una maniobra que intenta violentar al Poder Legislativo, pero que en realidad a quien asesta un golpe es a la ciudadanía venezolana, a su esencia republicana y que puede traer graves consecuencias de cara a los mercados internacionales.
Diputados de la alternativa democrática sostuvieron que ello va en contra de la Constitución y alertaron que, de concretarse ese procedimiento, el gobierno se verá impedido de contraer deuda legalmente. El TSJ, al que la MUD acusa de estar al servicio del gobierno socialista, ha bloqueado todas las iniciativas del Parlamento, con mayoría desde enero por la oposición democrática, rompiendo y por primera vez en 17 años la hegemonía chavista, lo que ha generado una profunda crisis institucional. La decisión del TSJ menoscaba las facultades de la Asamblea Nacional, debilitando cada vez más nuestra institucionalidad y generando creciente desconfianza sobre Venezuela.
Las últimas cifras oficiales macroeconómicas publicadas son del III trimestre del 2015, un año de retraso! y otras dejaron de publicarse hace mucho más…. Así las cosas, difícil resulta una adecuada evaluación del proyecto presupuestario para 2017. Sin información se impide la obligada transparencia en el manejo de los fondos públicos, se coarta el derecho ciudadano a una contraloría social.
Desde el 2004 los supuestos presupuestarios se fueron alejando de los valores efectivos y ello no fue sino una estrategia para debilitar el rol guía que tiene la Ley de Presupuesto Nacional, pero también con claros objetivos políticos, para así manejar discrecionalmente el erario público. Así, se subestimaba el precio de petróleo y por ende todo ingreso adicional pasaba a ser manejado sin control, ni prioridades sociales, por el Ejecutivo. La caída internacional de los precios petroleros no hace válida ya esta estrategia, ahora es otra, es subestimar el tipo de cambio y la inflación e insistir en la perversa práctica de multiplicar el presupuesto con créditos adicionales.
La LPN-2016 llegó a Bs. 1,55 billones y a la fecha ya va por Bs. 2,2 billones. Es decir, 108,78% de incremento con respecto a lo aprobado y que fue calculado con un barril de petróleo a 40 dólares.
La LPN 2017 presentada por el Ejecutivo ante el TSJ monta 8.5 billones siendo 5.4 veces superior al de 2016. Como era de esperar, considerando el deterioro de la industria petrolera nacional, en un 94.9% sus ingresos serán no petroleros, mientras 3,1% serán ingresos petroleros, es decir, Bs.271 mil millones, monto aproximadamente igual al previsto en la LPN 2016.
De los ingresos no petroleros, el 83% será producto de impuestos a la ciudadanía, a las personas naturales y jurídicas, es decir, más de 7 billones recaudará el fisco entre impuesto sobre la renta, al valor agregado, sobre activos, sucesiones, ajustes por inflación, renta aduanera, licores, cigarrillos y otros. Ello es viable, considerando la inflación, que hace que la recaudación de ciertos impuestos como el IVA –que es un impuesto altamente regresivo porque afecta más a las clases más desfavorecidas- cumpla sus metas. Y por otro lado, si el gobierno persiste en la práctica de no ajustar las Unidades Tributarias según los niveles inflacionarios debidos, prácticamente toda la ciudadanía tendrá que cancelar impuesto sobre la renta, aunque sus ingresos no le den ni para cubrir su necesidades básicas. Finalmente un 11.9%, equivalente 1 billón de Bs., será producto de dividendos y aportes especiales de las empresas del Estado, empresas públicas que en los últimos tiempos no han generado ni la producción ni los rendimientos deseados.
Vale destacar que la información a la fecha no permite conocer los supuestos en la elaboración presupuestaria: Cuál es la producción petrolera prevista? Cuál es la inflación con la cual se calcularon los gastos? Se consideró adecuadamente la tasa de decrecimiento prevista para nuestra economía? Cuál es el tipo de cambio utilizado, el DIPRO, el DICOM o un valor intermedio?
Definitivamente, la situación económica para el 2017 no se vislumbra nada alentadora
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Fuente: cedice.org.ve