Andrea Rondon, Phd en Derecho, profesora universitaria, articulista de El Nacional. Miembro Comité Academico CEDICE Libertad

¿Cómo y cuando el liberalismo tocó tu alma?

Sería en el año 1999, en el que se inició la discusión para una nueva Constitución. Cedice en aquella época inició una serie de charlas sobre la Constituyente y yo, como estudiante de Derecho, iría a uno de ellos, el dedicado a la propiedad.

Allí tomaría consciencia de un tema vital para pensar: la relación Estado y ciudadano.

Terminaría inclinándome por el segundo y entendido la necesidad de limitar al primero. Los años siguientes los dediqué a estudiar con disciplinas las escuelas liberales y sus autores. Sigo aprendiendo

¿Es para ti un estilo de vida, un credo?

Definitivamente lo veo como un estilo o mejor dicho, filosofía de vida. Entendí con los años que esto no era sólo para formarme como abogado sino como profesora universitaria y como ciudadana/persona. Entendí que en la vida hay que ser congruente y para mi el hilo conductor en todas las áreas de mi vida sería la filosofía liberal.

¿La Cultura de la Libertad, como la alcanzamos?

Creo que Cedice ha hecho una excelente labor para difundir las ideas liberales, no sólo en
los espacios que tradicionalmente consideraríamos del foro liberal, sino más allá.

No sé si alcanzaremos la meta de una cultura en libertad, pero sí creo que estamos haciendo lo necesario para alcanzarla al no quedarnos en los típicos espacios.

¿La literatura y el liberalismo , cuantos autores se acercan a nuestra doctrina?

Hace algunos años pensé que podía hacerse una buena combinación al hacer charlas que versarán sobre un libro de dogmática y otro de literatura, para que se viera que uno no estaba tan alejado del otro.

Fue interesante analizar un día La acción humana de Ludwig von Mises con La rebelión de Atlas de Ayn Rand. Ambos, desde su contexto tenían por centro la conducta humana. Otro día se analizó Camino de servidumbre de Friedrich A. Hayek y La rebelión en la granja de George Orwell. Ambos tenían en común que fueron vetados en su época por no ser
políticamente correctos y advertir de los riesgos de los totalitarismos.

Estos son algunos ejemplos, con los que me inicié de hecho hace algunos años. No todos tienen que seguir esta línea. Quien tenga la curiosidad se encontrará con muchos autores y estilos. Por ejemplo, Bastiat y Hazlitt son muy pedagógicos. Las novelas cortas de Ayn Rand como Himno y Los que vivimos son otra opción si sus novelas más conocidas resultan muy largas para algunos.

Me atrevo también a recomendar los menos conocidos en el foro liberal y vale la pena leer su obra y entender a autores como es el caso de Albert Camus y Milán Kundera. También me gusta recomendar las novelas distópicas de Ray Bradbury y Aldous Huxley.

Aquí lo importante es ser abierto con la propuesta que se leerá, porque al fin y al cabo, de lo que hablamos es de libertad ¿no?, pues también seamos