Durante los últimos años hemos podido vislumbrar que la tendencia de
américa latina ha ido dando un giro hacia la izquierda, sector político que ha ido ganando adeptos y sumando votantes. La ultima elección en Chile ha terminado de conformar el espectro político e ideológico de Latinoamérica a la finalización del año 2021.

Debemos recordar que a partir de las últimas elecciones de Venezuela
continúa Nicolás Maduro a la cabeza, seguido por Cuba siendo presididos por Miguel Díaz Canel, quien a mediados de julio de del año pasado, el régimen castrista comunista el cual representa y ya instaurado por más de 60 años en el país, privó de sus derechos al pueblo cubano, generándose la revolución en busca del ideal de la libertad que tanto anhelamos algunas personas. Luego continuando, tenemos la elección de Nicaragua la cual obtuvo el triunfo Daniel Ortega miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y Finalmente el triunfo en Chile de la centro izquierda de Gabriel Boric Font.

Los procesos políticos son puramente cíclicos siendo américa latina un
escenario proclive a caer en populismos simplistas que promueven discursos de odiosidad hacia las elites políticas. Sus representantes o portavoces se representan a sí mismos como grandes salvadores tomando su propio discurso como trampolín para la conquista y aprovechándose del real descontento social de las personas. Esto nada tiene que ver con las ideas político-culturales en sí. Solo generan un desarraigo de las personas hacia el mundo de los verdaderos ideales, valores, al proceso de culturización y conocimiento, lo que profundiza aún mas las desigualdades.

La izquierda históricamente ha tomado estas banderas y ha formado gran
parte de su discurso en base al descontento social, generando una brecha, la tan llamada ‘Lucha de clases’ y mas aún, ha ampliado su espectro de temáticas, abarcando temas como la comunidad LGTB, el aborto libre, el feminismo, entre otros, que actualmente ha ido tomando relevancia, ejes que para las minorías son tremendamente sustanciales y totalmente contingentes.

Entonces podemos extraer de todo esto que la inclinación de américa latina
ha ido dando un giro en los últimos años, todas las diversas opiniones han sido amparadas por los sectores de izquierda con el sustento ideológico que conllevan, siempre en contra del capitalismo y haciendo repulsión y demonización de términos como ‘lucro’, ‘empresariado’ ‘elites’, etc., enardeciendo que el Estado es quien debe resarcir todas esas brechas y desigualdades simplemente ‘por que le corresponde’.

Finalmente, se entiende que es prácticamente obligación del mismo Estado
amparar todos los conflictos personales y coadyuvar con las minorías para cumplir los múltiples fines personales bajo el velo de las luchas colectivistas, siendo casi un acto de rebeldía el hecho de anhelar la libertad en todos sus aspectos esenciales. Creo que es un deber, casi una obligación de nuestra contienda por las ideas liberales, elaborar una renovación política estratégica, que no genere aversión, sino mas bien una conquista.

¡Tomemos nuestras banderas libres y salgamos a la victoria defensiva, ya
que la tendencia natural del ser humano es y será siempre capitalista!

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Citando al periodista y escritor Argentino Diego Fonseca quien asegura respecto de la izquierda latinoamericana: ‘’ …Mientras gobernaba buena parte de la región, probó que le gusta de los gobiernos fuertes, descree de los acuerdos y no tiene imaginación cuando se queda sin dinero’’

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Fuente: www.cedice.org.ve