Mientras me disponía a pensar respecto de qué temas podía redactar un artículo, tomando en consideración el origen histórico de la conmemoración del día de la libertad, no se me ocurrió mejor manera de hacerlo que partiendo desde el principio (o desde el meollo del asunto).
La realidad es que la libertad, lejos de enmarcar una definición concretísima o una noción perfectamente estructurada, es más bien un concepto cuya interpretación está en manos del individuo y por tanto, en manos de la manera en que el mismo la percibe y es capaz (o no) de aplicarla en su cotidianidad. En este sentido, es preciso entonces hacer mención al hecho de que conforme las sociedades alrededor del mundo se han transformado, la libertad también lo ha hecho. No conforme con ello, ha sido, pues, la libertad, un concepto que pese a haber evolucionado a través de la cronología mundial, se ha mantenido latente, quizá hoy día con más vigencia que nunca. Y es que han sido las mismas vicisitudes que han merodeado la existencia humana, las cuales han permitido que la libertad haya sido –y siga siendo- un tópico de vital relevancia, líder de tantísimos debates y conflictos a nivel mundial.
Pensadores como Aristóteles, Locke, Hobbes o Erich Fromm, dedicaron parte de sus vidas a deliberar respecto de lo que la noción de la libertad supondría para el ser humano, dejando en evidencia lo mucho que esta última ha trastocado la existencia del hombre desde tiempos remotos. No obstante, actualmente sigue reinando cierta ambigüedad con relación a lo que la misma representa. Y es que en el marco de la semana de la libertad, las preguntas reflexivas no son bastas: más bien abundan los cuestionamientos y las contrastaciones entre el contexto vital de aquellos que en épocas pasadas lucharon por la victoria de su libertad, versus la cotidianidad de quienes, hoy día, en teoría, la hemos conquistado.
En la actualidad, si hay algo que no se refuta es el hecho de que ser libre no se limita a no estar bajo la potestad de otra persona. Por el contrario, cada vez son más y más los asteriscos englobados dentro de dicha noción. Y es que tú, que estás leyendo esto, muy probablemente no te encuentres sometido bajo el yugo de un superior. Aun así, estoy segura de que podrías enumerar elementos diversos que significan una traba con relación a tu óptimo desenvolvimiento en la sociedad y que, en este sentido, no te permiten hacer manifiesta tu voluntad en la toma de decisiones respecto de tu vida (y la calidad de la misma).
Hablar de «conmemoración» sin duda alguna evoca aires de contiendas antiguas y de triunfos irrefutables. Sin embargo, es basto mirar alrededor (y hacia dentro) para saber que la lucha por la libertad sigue presentándose: algunas veces bajo perfil, otras tantas a todo dar; solo es preciso prestar atención e internalizar que, en efecto, la libertad se transforma: y la lucha por su conquista también.
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Fuente: www.cedice.org.ve