Actualmente Venezuela atraviesa un panorama político de mucha incertidumbre, tanto en el poder ejecutivo, como en el legislativo y el judicial no se puede tener una respuesta unificada de quienes ejercen estas funciones en el país. Siendo este un año electoral para la Asamblea Nacional, la que cuenta actualmente con mayoría de sus representantes pertenecientes a partidos de “oposición”, surgen distintas preguntas en la población entre las que puede estar el cuestionamiento de ir a votar o no, de cuál será la propuesta de los partidos opositores para este periodo electoral e incluso la respuesta de la Asamblea Nacional Constituyente ante cualquier resultado. Sin embargo pocas personas se han cuestionado – probablemente por falta de tiempo al afrontar cualquiera de los muchos problemas que atraviesa Venezuela hoy en día – qué se le debe exigir a los políticos en lugar de esperar a que ellos planteen sus propuestas y terminemos escogiendo al “menos malo”.

Hay una serie de medidas económicas que podríamos suponer que la población ya entendió cuál es su impacto y la serie de consecuencias que estas traen, estas podrían ser, por ejemplo, cómo los controles de precio generan escasez y mercados negros, cómo los aumentos salariales por decreto generan inflación y atacan al mercado laboral e incluso cómo las expropiaciones, además de disminuir la oferta del bien o servicio, disminuyen aún más la confianza de las empresas privadas para ingresar o mantenerse en el país. Habrán otras, como puede ser la dolarización, que es y seguramente será debatida por los académicos y servidores públicos como parte del abanico de opciones que puede tener el país en materia económica para la recuperación y expansión de la economía venezolana. Pero también encontramos algunas, que tendrían un rol importante para el deseado crecimiento económico pero que no han gozado de participación en los discursos de los partidos tradicionales del país y es ahí donde entran los ciudadanos, a exigir respuestas, a cuestionar políticas y a discutir soluciones.

No ha de sorprendernos que medidas como la posibilidad de que una empresa privada sea la accionista mayoritaria de PDVSA como parte de una recuperación de la producción petrolera no haya sido mencionada, o que no se nombre la libre competencia en los servicios públicos como el agua, la luz o el gas, entendiendo que incluso su privatización no refleja una libertad económica, sino un privilegio a un empresario para poseer un monopolio.

Ciertamente es indiscutible que Venezuela necesita un cambio importante a nivel político, pero a la par debe hacer una transición mucho más importante y en esta ocasión cito a uno de los economistas más influyentes del siglo XX, Friedrich Hayek, “la única forma de cambiar el curso de la sociedad, será cambiando las ideas”. Adaptando esa frase a la actualidad venezolana, plantea el abandono de la idea de un Estado paternalista que tenga la obligación de proporcionarle a sus ciudadanos incluso lo que debe comer y distribuir en el tiempo hasta recibir nuevamente una dotación de alimentos. Pero también plantea el abandono del populismo, de que el mejor gobernante será aquel que mantenga a raya a los empresarios para que estos no sean capaces de subir sus precios en bienes y servicios, cosechando una mentalidad absurda, la cual asume que “ser rico es malo” y que por ende los empresarios pasan a ser enemigos de los ciudadanos.

Es incluso lógico, que partidos socialistas en Venezuela ya hablen de libertad, de la importancia de las empresas privadas y de un Estado de derecho; ya que cumple con las necesidades de la población ante esta pesadilla llamada “Socialismo del siglo XXI” sin embargo, son políticos que no están dispuestos a reducir su poder una vez lo obtengan, políticos que no son capaces de recibir ideas contrarias a las suyas sin acusar inmediatamente de “fascista” o “colaboracionista”, pero más importante, políticos que no merecen formar parte de las instituciones que se encargarán de recuperar tantos aspectos de Venezuela al lograr la tan anhelada transición política.

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Fuente: www. cedice.org.ve