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Monitoreo Gasto Público:
Venezuela: la dualidad perversa

La Comisión Delegada de la Asamblea Nacional, que fue instalada después de la Reforma del Estatuto de Transición del organismo, aprobó un presupuesto de US$152,3 millones para el gobierno interino, destinado principalmente  para la atención de casos de riesgo vital, acceso a vacunas contra el Covid19 y ayuda humanitaria a través de organismos multilaterales, vía créditos adicionales. Este presupuesto será financiado a cargo de los fondos de Venezuela en la Reserva Federal de Estados Unidos.

Cabe destacar que los US$152,3 millones aprobados, no incluyen los US$30 millones que fueron aprobados el 19 de marzo del presente año como parte de los acuerdos de la Mesa Técnica para el acceso a Covax (Fondo de Acceso Global para vacunas del COVID-19).

Foto: REUTERS / Manaure Quintero

Paralelamente, el régimen de Maduro cuenta con otro presupuesto por un monto global de aproximadamente US$8000 millones (cincuenta veces mayor), del que no se tiene ninguna claridad sobre el manejo de las partidas, porque el país no cuenta con data oficial publicada desde el año 2017.
Las partidas del presupuesto del gobierno interino están distribuidas como sigue:

Esta realidad nos revela al menos tres cosas fundamentales. En primer lugar, que Venezuela se está configurando con dos gobiernos paralelos que funcionan con el dinero de todos los venezolanos, pero ninguno de los dos atiende suficientemente a las necesidades ciudadanas. En segundo lugar, no se está manejando ninguno de los dos presupuestos con suficiente transparencia, por ejemplo, aún no se ha mostrado el informe de resultados que especifique el manejo detallado del presupuesto de 80 millones de dólares del 2020. Y en tercer lugar, la peor de las realidades: una Venezuela dual, sin institucionalidad adecuada ni funcional y sin posibilidades de desarrollarse ni económica ni políticamente con sentido republicano y democrático como nación, con riesgo de fragmentarse, como ya ha pasado en otros países en la historia.

Un análisis más detallado del presupuesto nos revela el destino específico de los montos asociados y básicamente lo que vemos son gasto corriente asociado a remuneraciones del personal vinculado a las estructuras, tal como puede observarse en el cuadro:

En el cuadro se observa, que el mayor porcentaje de gastos de personal se eroga principalmente en el Poder Judicial en el exilio (con sueldos promedio mensuales de 4000), los parlamentarios de la Asamblea Nacional electa en el 2015 (con sueldos entre 200 y 1000) y las representaciones diplomáticas en el exterior (con sueldos mensuales de U$4000 para embajadores). El programa de Seguridad y Defensa de la Democracia tiene un alto porcentaje en transferencias y donaciones (US$15.496.250, un 66% del total del presupuesto del programa y las remuneraciones oscilan entre US$ 200 y US$ 4000).

En el caso de las Juntas Directivas ad hoc el presupuesto de CVG es de US$ 198.000, US$ 230.000 el de CVP, US$ 198.000 para Bandes, US$ 198.000 Pequiven, US$ 327.000 Pdvsa y US$ 215.000 para el Banco Central.

Como se observa en el cuadro anterior, la mayor parte del presupuesto de estos 4 programas lo consumen los gastos de personal y los de servicios no personales. Destacan las remuneraciones a los funcionarios destacados en el exterior (US$4000) que ciertamente representan una carga importante para la ciudadanía venezolana, que hoy día subsiste en el país con un salario mínimo de menos de US$1. Estos montos destacan frente a las necesidades de una familia en el país, que han sido calculadas en aprox US$350 mensuales para cubrir la canasta básica, y que a su vez tienen que sobrellevar las penurias nacionales en medio de una importante inseguridad.

Así las cosas, tenemos una estructura interina de menor tamaño, contingente, con un presupuesto limitado financiado con sus recursos en el exterior,  que no es suficiente para atender las necesidades de los venezolanos y apenas atiende a quienes están insertos en dicha estructura; y la otra estructura asida al poder, con un abultado y opaco presupuesto, que no resuelve las miserias de nadie, pero sí consume los recursos y energías de todos. Lo único cierto es que ninguna de las dos parece eficiente en su modelo de gestión. Dualidad institucional con cero soluciones para los ciudadanos.
En el medio de las dos estructuras, entre los dos presupuestos, entre los dos gobiernos en tensión, se encuentra el ciudadano común, sin servicios básicos, sin dinero, sin comida, sin rendición de cuentas de lo que hacen con sus recursos y lo que es peor, sin expectativas. Un ciudadano que en la mayor parte de las veces no le queda más que emigrar, como único camino para resolver sus miserias.

Realizado por: Karelys Abarca, Economista UCV. Investigadora Cedice Libertad
Diseño: Giannina Raffo

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