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Índice de Calidad Institucional 2018
En el índice de calidad institucional de 2018, Venezuela es el único país iberoamericano que se encuentra entre los veinte peores del mundo.
Mientras el modelo socialista del siglo XXI, que encarna la figura de Nicolás Maduro, siga vigente en Venezuela, el país no podrá recuperarse ni puntear las evaluaciones que miden el desempeño de sus instituciones, de su economía, su educación, su sistema de salud o su población.
Hoy somos líderes, pero en contracción económica, en hiperinflación, en cifra de muertes por inseguridad, en cantidad de desplazados de manera forzosa como consecuencia de la propia crisis, somos campeones en corrupción administrativa y en ineficiencia y sobre el país pesa una sombra que nos pone en la mira de las instancias internacionales por la violación reiterada a los derechos humanos.
El Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), publicó este domingo en su página web, los resultados del Índice de Calidad Institucional 2018 (ICI 2018), los cuales ubican a Venezuela en el último lugar – de un total de 183 –, de los países con las instituciones más débiles.
“Talante autoritario de los gobiernos, inestabilidad política y económica y violación a los derechos de propiedad son algunas de las características de los veinte países peor puntuados en el Índice de Calidad Institucional 2018 (ICI 2018), de los cuales forma parte Venezuela por segundo año consecutivo, al ubicarse en el puesto 183 del instrumento, lo que también la ubica como el país con las instituciones más débiles de todo el continente americano”, refiere la organización no gubernamental.
La conclusión fue planteada por el economista argentino Martin Krause, autor del ICI 2018, una iniciativa de la fundación Friedrich Naumann y de la Red Liberal de América Latina (Relial), de la cual forma parte Cedice Libertad. El trabajo cuenta con un ensayo elaborado por Víctor Maldonado, segundo vicepresidente de Cedice.
“Un país sin reglas del juego claras, consistentes y estables, enfocados en transitar la ruta de la prosperidad productiva termina siendo objeto del saqueo de quienes lo gobiernan”, manifesta Maldonado.
Pero estamos tan mal evaluados que nos ubicamos por debajo de países tradicionalmente sometidos a conflictos armados y crisis económicas como Irak o Afganistán e incluso Zimbabue, ese país africano que impuso el récord de hiperinflación y que llevó a su presidente a decretar “ilegal” el mencionado fenómeno.
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El ICI es un estudio que se lleva a cabo desde el año 2007 y emplea ocho indicadores para obtener los resultados: seguridad jurídica; voz; rendición de cuentas; libertad de prensa; percepción de corrupción; competitividad global; libertad económica y facilidad para hacer negocios, los cuales son medidos a través de instrumentos elaborados por organizaciones como Transparencia Internacional, Fraser Institute y el Banco Mundial.
Los puestos de honor fueron para Nueva Zelanda, Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia, mientras que regionalmente los primeros puestos los obtuvieron Canadá, Estados Unidos, Uruguay, Barbados y Chile.
El tema central del estudio de este año, se basó en la justicia y la corrupción, el cual es considerado por Cedice como pertinente juzgar por los escándalos de soborno que han salpicado a toda la región.
Es así como los sobornos de la empresa brasilera Odebrecht – que salpicaron a toda la región, incluida Venezuela – han incidido directamente en las instituciones políticas y económicas de los países señalados.
Krause recomienda en el informe, establecer una relación entre la necesidad de una adecuada división de poderes – elemento esencial de la calidad institucional y que en Venezuela brilla por su ausencia desde hace algunos años –, la administración de justicia y la lucha contra la corrupción.
La corrupción administrativa – de la cual Venezuela parece puntear la lista de denuncias internacionales – no afecta solamente el patrimonio público, sino también “debilita y destruye los valores que sostienen a las instituciones necesarias para garantizar los derechos de los ciudadanos y ofrecerles mejores oportunidades de progreso”.
A finales de septiembre, también fue publicado el Índice Mundial de Libertad Económica, que ubicó a Venezuela en el sótano.
El estudio adelantado por el Fraser Institute de Canadá, en colaboración con Cedice, dio cuenta de que de los 162 países evaluados, Venezuela ocupó por cuarta vez consecutiva el último lugar en el reporte anual.