La reconversión monetaria no es más que una reexpresión formal de precios, salarios y de todas las cuentas denominadas en bolívares, lo que exige la implementación de un nuevo cono monetario. Esta política solo atiende a facilitar el cálculo y el desbordamiento de los sistemas contables que se derivan de una persistente hiperinflación, pero no representa de forma alguna solución definitiva a este problema.
A partir del 01 de octubre entra en vigor una nueva reconversión monetaria que en esta oportunidad eliminará 6 ceros a todos los valores expresados en bolívares, esto con la intención de facilitar el cálculo que hoy en día resulta completamente engorroso, incluso en transacciones al por menor, de bienes y servicios esenciales y principalmente atender el problema del desbordamiento de los sistemas administrativo-contables.
Esto muy bien se refleja en los datos que brinda el Inflaciómetro de Cedice; poco después de aplicarse la reconversión de enero de 2018, el consumo promedio de un conjunto de 61 bienes y servicios alcanzaba un valor de Bs. 5.276,5 mensuales. Al 15 de agosto de 2021, el consumo promedio de la misma canasta montó valor de Bs. 1.565.768.411,57 por mes, ¡más de 1.5 millardos/mes!
Fuente: Inflaciómetro de Caracas. Observatorio de Gasto Público. Extraído de su DataStudio.
El gran salto en el valor del consumo promedio entre 2018 y 2021 es consecuencia de una política hiperinflacionaria que atiende, de forma indebida, el profundo problema fiscal. Así, Venezuela ha acumulado desde 2018 una variación en el índice de precios de 1.789.040.590% (Inflaciómetro de Caracas) obligando a los ciudadanos a adoptar de forma espontánea la simplificación verbal de cifras exorbitantes.
La reconversión monetaria no es más que una reexpresión formal de precios, salarios y de todas las cuentas denominadas en bolívares, lo que exige la implementación de un nuevo cono monetario. Esta política solo atiende el gran problema de cálculo que se deriva de una persistente hiperinflación, pero no representa de forma alguna solución definitiva a este problema. De hecho — y tal como ya la experiencia ha demostrado — una reconversión puede quedar sin efecto alguno a los pocos meses de su implementación, ya que los precios de bienes y servicios seguirán en aumento mientras no cese la monetización del déficit fiscal, causa de la hiperinflación.
El actual cono monetario entró en vigor en enero de 2018, al cierre de ese año la inflación acumulada fue de 185.019% (Inflaciómetro de Caracas), lo que obligó a la autoridad monetaria a emitir billetes con mayor valor facial, dicho de otra forma, tuvieron que ampliar el cono monetario ya que los billetes recién emitidos perdieron de forma drástica su poder adquisitivo.
Durante 2021 se ha observado una disminución en la velocidad de variación del índice general de precios. Para el 15 de agosto la variación acumulada es de 304%, que si bien sigue siendo una cifra por demás elevada, es significativamente menor a los acumulados en años anteriores. El promedio de variación quincenal es de 9,76%, de mantenerse esta tendencia la variación acumulada al cierre de 2021 estará alrededor de 850% y podría esperarse que durante 2022 la variación acumulada siga disminuyendo. Este escenario sugiere una mayor durabilidad del cono monetario a ser implementado a partir de octubre, ya que la erosión de su poder adquisitivo sería menos agresiva que la experimentada durante 2018-2020.
Fuente: Inflaciómetro de Caracas. Observatorio de Gasto Público. Extraído de su DataStudio.
Conviene destacar que la reconversión monetaria es una medida que ni soluciona ni empeora el problema inflacionario. Esto no supone per se una política que altere la oferta de dinero; no obstante, la reexpresión de los precios se realiza utilizando el método de redondeo, lo que puede significar un ligero incremento de estos en ese proceso de ajuste.
En definitiva, la reconversión monetaria no representa solución alguna al gran deterioro del poder adquisitivo de los venezolanos. Esta política atiende una de las consecuencias de la hiperinflación y es el manejo de enormes cifras que dificultan el cálculo diario. La reconversión no mejora el ingreso de las personas, no es garantía de una recuperación económica, no detiene el proceso inflacionario ni da solución a la crisis de dinero en efectivo que hay en el país.
Junto con el nuevo cono monetario es necesario aplicar un conjunto de políticas económicas que permitan mayores libertades, garantías al derecho de propiedad privada, estabilidad política, el rescate de las instituciones y del Estado de derecho, un plan de privatizaciones de servicios básicos que permita la mejora de estos en el tiempo, dar solución al gran problema fiscal, lo que implica — entre otras coas — trabajar en una reforma tributaria y reducir el tamaño del Estado y su potestad en la intervención de la esfera económica.
De no ocurrir un cambio certero en la política economía de Venezuela, será cuestión de poco años para ser testigos de una nueva reconversión.
Realizado por:
Econ. Oscar Torrealba | Investigador de CEDICE Libertad
Diseño: Giannina Raffo